COMPAÑÍA DE ARTES ESCENICAS ‘NUNASH’
ESPECTACULO: “UNA PRINCESA MARIPOSA”.
MONTAJE MUSICAL EN 3 ACTOS, VERSIÓN REDUCIDA


UNA HISTORIA DE AMOR, PRE INCA
Hacia los albores de la dominación Inca, en el
actual departamento de Huánuco – Perú, habitaban los miembros de la cultura Yarowilca, capital del Chinchaysuyo, quienes desarrollaron la astrología.
El cacique Amaru y su hermosa hija Nunash vivían con gran opulencia debido a sus cosechas y la predicción de fenómenos atmosféricos. Al acercarse un evento astral, Amaru convoca a un grupo de astrólogos de diferentes lugares para rendir culto a los “Apus” muy lejos de su cacicazgo, dejando a Nunash a cargo de sus dominios.

Al llegar con retraso a la convocatoria, Kunyag, apuesto y noble guerrero, seguido de una chinchilla, con apariencia de haber sufrido un accidente, motivo de la tardanza, conoce a la bella Nunash y surge un imperecedero romance, el joven construye un gran palacio revestido en oro y plata, donde vivirían su amor y al que le pone el nombre de Nunash, que en la actualidad es un pueblo emergente.

Temiendo la ira del padre a su regreso, Kunyag convierte a Nunash en mariposa haciéndola volar hacia la selva de Tingo María, en su trayectoria la princesa encuentra a muchos amigos y espectaculares lugares, al llegar Amaru no encuentra a su hija e increpa al desconocido y lo reta, transformándose en una serpiente alada, atacando ferozmente al joven y él para defenderse implora a los Apus a convertirse en piedra, venciendo así la ira del padre, al querer recobrar su aspecto humano, los dioses no le otorgan su petición.

Nunash regresa desolada y queda dormida de tanto llorar junto a la piedra, en sueños escucha la voz de su amado que le suplica permanecer a su lado por toda la eternidad y si realmente lo ama se postrará sobre un cerro, dormida esperando que en las noches de luna llena el amor cobre vida y supere la adversidad.

La princesita acepta la súplica con amor y cuenta la leyenda que los espíritus de los jóvenes enamorados se engrandecen cada noche de luna llena. Al visitar Tingo María, podremos apreciar a la bella durmiente desde cualquier punto de la ciudad dormida plácidamente.

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